Willa y los animales - PERSONAJES




Willa adora a los animales y se enorgullece de hacer todo correctamente. Al igual que la gran mayoría de los niños de su edad, ella sabe absolutamente todo sobre nuestro universo, menos cosas tan pequeñas como dónde encontrar su otra media. Sus tres frases más frecuentes son: '' Ya lo sé, ya lo sé'', ''Ups'' y ''Papá, necesito un abrazo''.
El papá de Willa la adora, aunque no siente el mismo cariño por su refugio de fauna salvaje. Simplemente desearía que Willa se conformara con un hámster o un pecesito al igual que los demás niños. Sin embargo, siendo un papá solo, siempre va más allá de lo habitual por su pequeña princesa.
Julia es el primer animal al que acude Willa con un problema preocupante o con excelentes noticias. Willa ve a Julia como una mamá sustituta que le ofrece su sabiduría y consejos maternales; y ésta a su vez ve a Willa como la pequeña jirafa que nunca tuvo.
Luca se ha estado quejando desde que Willa lo convenció para mudarse de su alcantarilla a debajo de la cama de su papá, un lugar que siempre está oscuro y lleno de polvo.
Carla es la amiga vanidosa de Willa. Su bolso siempre está lleno de maquillaje, barra de labios, espuma para el pelo y todo aquello que hace que una joven esté siempre canguro-preciosa. A ella y a Willa les encanta conversar sobre la ropa, los chicos y los "abrigos de pieles" que llevan puestos los conejitos.
Dooley es una persona absolutamente subordinada a Willa. La acompaña siempre, haciendo cosas que nunca haría por sí mismo, como por ejemplo intentar enseñarle a la morsa cómo patinar.
Sara, Kara y Lara se encuentran en la cúspide de la pirámide social de la Escuela Elemental Huckleberry de primer grado. Naturalmente, Willa lo daría todo por pertenecer a ese grupo tan exclusivo
Malena se ha propuesto fastidiar a Willa desde que el elefante pisó su bolsa del almuerzo. El hecho de que Willa sea agradable con todo el mundo hace que Malena continuamente trate de ponerla en evidencia. Willa suele evitar a Malena, hasta que ésta se pasa de la raya y comienza a burlarse de sus animales.
Los conejitos están locos por Willa, su papá y todos los demás animales, incluyendo a Luca, a quien consideran un descerebrado. "¡Amor, amor, amor, beso, beso, beso!", gritan felices mientras saltan por toda la casa, descansando tan sólo para multiplicarse misteriosamente.
Camilo posee un excelente concepto de sí mismo. Después de todo, él tiene dos jorobas y no una, como la gran mayoría de los dromedarios aburridos. Debido a que todo en él es pura clase, anima a Willa a actuar como una pequeña señorita, no como una bestia salvaje.
Tiny y Lou perdieron su trabajo al no soportar el estrés del circo. Willa los condujo hasta su casa y los instaló cómodamente en el garaje, en donde estos asustadizos elefantes insisten en dormir con la luz encendida.
Elio y Edie son una pareja de focas que se escapó del acuario de Brooklyn. Su volátil relación de amor-odio entretiene las ruidosas y educacionales fiestas de la piscina. Además, tienen experiencia en el mundo del espectáculo y nunca dejan pasar la oportunidad de balancear una pelota sobre sus narices.
Matías siempre tiene una respuesta para todo. No importa si es necesario inventársela. Para Willa él es como un abuelo excéntrico con un aspecto realmente sabio, sobre todo considerando que vive en una bañera y cree que los conejitos son mosquitos.
Olaf permanece generalmente dormido detrás del sofá. Cuando las cosas se ponen feas, el viejo y sabio oso se despierta, gruñe todo lo que es necesario y vuelve a dormirse para soñar con una colmena repleta de miel.
Inky, Blinky y Bob viven en el refrigerador. Están tan compenetrados entre ellos que son capaces de finalizar las frases de los demás a pesar de no saber a ciencia cierta de qué están hablando. Los tres están convencidos de que viven en el Zoológico de San Diego.