Hábitos a la hora de comer
por Maritchu Seitún
Hábitos en la mesa
Hablemos de la comida a partir del primer año, cuando el chiquito ya come prácticamente lo mismo que el resto de la familia.
Cuando los más chiquitos no comen en la mesa con papá y mamá es importante que uno de ellos se siente y los acompañe iniciando lo que luego será el encuentro familiar. Para los chicos es muy distinto que mamá aproveche su hora de comer para hacer unos llamaditos a que mamá se siente y conversemos, me ayude a cortar la carne, me vaya explicando con qué mano se toma el tenedor o el vaso. Les fascina que mamá no atienda el teléfono “porque está comiendo con los chicosâ€, les dan más ganas de quedarse, de terminar el plato, de esperar que termine la hermanita.
Para los más chiquitos: traerlos a la mesa, no es un gran programa para ellos dejar la televisión, o el juego para venir a comer, por lo que necesitan “yo-auxiliar†para hacerlo. Primero los llamamos y después, sin enojarnos (ya que son chiquitos y no tienen voluntad suficiente) los vamos a buscar, esto ahorra muchas peleas innecesarias.
Comer sin televisión y sin juguetes, ya que la hora de comer tiene que convertirse en un momento especial del día de gran intercambio humano. Es verdad que la tele y el juego son grandes recursos para los inapetentes, pero no se trata de embucharlos sino de acompañarlos hasta que aprendan a disfrutar el momento y la comida. Hasta los dos años, sobre todo mientras les damos de comer, quizás sigamos jugando al avioncito o a “un bocado para papá, otro para mamáâ€, pero en cuanto empiezan a comer solos (y cuanto antes mejor) se acaban los juegos. Además a la mamá se le complica si tiene que hacer jueguitos para que coman Pedrito (3) y Manuela (1), no alcanzan las manos.